SIDONIE+RUFUS T. FIREFLY. WIZINK CENTER

Entrar en el Wizink Center y encontrarse a Rufus T.Firefly sobre las tablas, es como entrar en otra dimensión, túnel espacio temporal de hipnotismo indie sensorial, brazo en escayola, pelos por el aire, taladradoras rozando trastes de una guitarra , teclados duplicados llenos de humo noir y un bajo en constante aparición y desaparición, proceso de magnetismo musical para un teloneo de lujo, una magnolia que al igual que esa flor o la película de Paul Thomas Anderson se nutre de un caleidoscopio de colorido inclasificable , te arrastra hacia dentro como la resaca del mar, para dejarte ver que en el fondo hay muchas cosas bellas que fotografiar.

T. Firefly es pura cinematografía y dejó a los asistentes bien calentitos para la fiesta de SIDONIE.

Y como si de un grupo circense se tratase, entraron Marc Ros, Axel Pi, Jes Senra, Edu Martínez, Víctor valiente y Rams dando  botes por el escenario y provocando a las masas con elegancia dispersa, desde pajaritas a pañuelos en el cuello, pasando por look casual, camisa abierta con traje de dos piezas.

Aquello empezaba a puro fuego en un día 30 de Diciembre, fecha mítica para la fabricación de conciertos que marquen fines de gira, retiradas o aperturas de proyecto, alegría por el año que termina y emoción por lo que se nos viene encima.

Parece que no pase el tiempo por estos chavales que desde ese 2001 y la publicación de su primer LP “Sidonie”, han trabajado en la elaboración de nuevos sonidos y una imagen de marca que actualmente les identifica muy fácilmente – te gusten o no te gusten- porque esto es así, o les amas o no les tragas, pero los que les aman lo hacen con fervor y un seguimiento que a veces puede parecer sorprendente para una banda nacional que casi no se da baños de masas.

Un show muy bien estudiado, setlist construido en forma de cascada, donde entraron todas las etapas, desde ese “Feelin´down”de su primer y homónimo trabajo, pasando por “Fascinado” “Costa Azul” y “Giraluna” con un escenario adelantado creando un ambiente muy íntimo, “El Incendio”, “La sombra”, “Por ti”, “En mi garganta” con solo de batería de posesión infernal, “El Bosque” con los señores de Rufus T. Firefly, “Yo soy la crema” con Marc a las teclas en momento Guest starring estelar, “Un día de mierda”, “Estáis aquí”, “Sierra y Canadá “hasta el más reciente el “Peor Grupo del Mundo” Y “Atragantados”, “Siglo XX”, «No se dibujar un perro” y la sorpresa- entre comillas- ya que hicieron spoiler en redes sociales de “LN Granada” con Mikel Izal deseando esa recuperación a los chicos de Supersubmarina.

Un  bloque sólido para construir esa gran casa con forma de obra de teatro, presentación, desarrollo, nudo, desenlace y hasta final alternativo con striptease rojo pasión y lluvia de confeti sideral, cuerpos en contorsionismo extremo, exageración máxima, hasta el punto de parecer más que un fin de gira un concierto de reencuentro de banda, esa sensación de nostalgia, de como si hubieran desaparecido para luego volver como superhéroes de la melodía pegadiza y la ola surfera, bajo la banda sonora de un transistor indie pop.

Teclados fuera de serie durante todo el show -teloneros incluidos- y una apuesta por la percusión. dieron los toques de calidad para elevar el concierto a una gran fiesta que seguramente recordaremos durante muchos años.

Ellos se lo pasaron bien y nosotros también, no podía ser de otra forma, y no os engañéis, a veces lo que parece postureo se llama naturalidad, solo que cuando esa naturalidad viene de un trio con exceso de surrealismo cuesta mucho creerla, la única manera de leer la letra pequeña es verles sonreír, la cara es el espejo del alma ,da igual la profesión, el origen o edad de la persona, si por dentro eres feliz por fuera brillas y eso fue lo que hicieron SIDONIE, brillar sin parar.

Texto: David Prida (Django Desencadenado)

Fotos: David Prida (Django Desencadenado)

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