Colectivo Panamera. Copérnico

 

Huracán de sonidos panatropicales llenos de colorido, camisas resultonas y sobretodo mucho ritmo, y es que como dijo aquel guitarrista de cuyo nombre no quiero acordarme – A la gente lo que le gusta es bailar Y mover el culo-. Estaba en lo cierto, y para comprobarlo solo hizo falta ver el comportamiento del público que abarrotaba la sala Copérnico después de ser inyectados con una droga llama COLECTIVO PANAMERA.

Siempre fui muy amigo de la percusión y las bases potentes, y mi alegría fue de tamaño incalculable cuando descubrí que la sección rítmica iba formada por un trio de ases que junto a las guitarras y voces de Pepe y Nacho originaron un sonido envolvente, hipnótico y hasta diría pornográfico. El motivo de la reunión con el público madrileño fue ese disco de título homónimo donde presentan una propuesta basada en el des-genero más absoluto, la flexibilidad a la hora de presentar directos acústicos, conciertos con banda extra o incluso tocando en el patio de su casa mientras toman unas cervezas bien fresquitas. La fusión de lo de allá con lo de acá está realizada con una armonía y sensibilidad que dota su música de una esencia propia que cae sobre la piel como la marca a fuego de un exlibris calentado en las brasas de una casa de campo. El disco y su set list fue la parte principal del concierto, y así sonaron como no podía ser de otra manera “Hacia el sur”, “Ninguna parte”, “La décima”, “Quiero mucho más”, “La calle de la Luna”, “El Huracán”, “El arenal”, “El jardín”, “¿Qué pasará?” y “Un rio que se va”. Y como no podía faltar en un concierto tan explosivo la colaboración de un trio de excepción llamados Georgina, Mr. Kilombo y Sasha Pantchenko, cada uno con una aportación distinta, buen rollo, folclore, dulzura, pero creando un equipo compacto que resulto muy dinámico y divertido. Una locura de versión de la reina caboverdiana Cesaría Evora “Sodade” nos volvió locos y escuchar “El Pescador” recordando al gran Depedro nos puso los pelos como escarpias, Lila Downs también pululo por nuestras cabezas y tuvo su recuerdo con esa pedazo de “Cumbia del Mole”, no podían haber elegido mejor ese trio de temas, los cueritos sonaban delicados rebotando con la batería de Vanja y la percusión de Lucas Piedra. Se atrevieron hasta con la nana “Duerme Negrito” para darnos un respiro entre tanto sudor y movimiento. “La cumbia del Lobo”, “Palermo a Lavapiés” y “Colors of the rain” de “Hacia El sur” de Nacho Taboada, completaron una fiesta absoluta, éxito de los de arriba y triunfo de los de abajo , que afortunadamente pudimos disfrutar de lo que ya es uno de los fenómenos musicales del momento, porque como en un buen guiso, cuando se sabe dar con la cantidad justa de sal, pimienta y hacer un buen sofrito, sin pasarse, dando amor y cociendo a fuego lento el resultado es siempre un plato exquisito para el paladar y el corazón.

Pedazo de cocineros que son estos chicos Panamericanos.

Texto: David Prida (Django Desencadenado)

Fotos: David Prida (Django Desencadenado)

 

 

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