Los seres humanos de manera consciente o no, tendemos a agrupar a los artistas en dos grandes grupos independientemente de la disciplina: los académicos y los que no lo son, los “autodidactas.” Si yo digo Axel Rose, usted pensará inmediatamente en sexo, drogas y Rock & Roll, y ninguna de las imágenes que pase por su cabeza incluirá al individuo sentado en una clase estudiando las cualidades intrínsecas dela armonía de la ópera de Wagner. Aunque, creanme, uno no se levanta cantando como el de Indiana por mucho talento que tenga, hay horas detrás. Lo contrario pasará si menciono a Igor Stravinsky. Inmediatamente usted se pondrá a pensar en partituras, conservatorios, formalismos y demás, por mucho que los estrenos de sus obras provocaran barricadas. Aunque tremendamente mal entendidas, estas dos categorías existen. Mal entendidas por las asociaciones y juicios que hacemos una vez que decidimos encasillar a un artista en una de ambas. Pero existe una tercera. Nuestro cerebro busca respuestas y siente que ha encontrado algo digno de su atención cuando el artista que tiene delante muestra la espontaneidad del autodidacta y la capacidad técnica del académico. Bueno, Juan Zelada pertenece a esta tercera categoría, es un músico de banda y escenario, de los que transmite y pone la piel de gallina, que en todo momento deja claro que se ha preocupado por formarse y conocer los parámetros de la excelencia.
El show del pasado 20 de Marzo en el Café Comercial no pudo empezar más Zelada. Don’t You Worry, de su trabajo de estudio más reciente, Be Somebody, abría la noche con ese sonido Soul que tanto le caracteriza y en el que tan cómodo se siente. Llama la atención que, como con todos los grandes artistas, los componentes de lo que se escucha ya los conocemos, pero sólo Juan suena como Juan, ha dado con un producto que es suyo e intransferible. El Bajo de Adrián Bartol camina con una solidez que asusta, el groove de Alex Moreno-Corz, sin tener nada que ver, tiene la cosa esa de cuando el buen gusto se mezcla con el peso que tiene Steve Jordan, y François Le Goffic es todo elegancia a la guitarra, reconoce como nadie el espacio libre, aquel en el que siempre suma y nunca estorba. Como con Juan y sus composiciones, la sensación es siempre la de estar viendo músicos de banda que dominan la técnica y saben lo que se hacen.
A todos se nos queda un momento grabado en la cabeza, un momento especifico de cada concierto. Para mí fue el mano a mano que echaron Juan y Álex en Burning In The Night, otro tema más de Be Somebody. Aunque también escuchamos alguno de su trabajo anterior Back on Track, disco anterior, como Foreigner, la mayoría fueron de su disco más reciente.
Lo dicho, Juan Zelada sabe lo que hace. Es un músico de pies a cabeza que ha dado con un producto que no sólo transmite emociones sino que además rezuma calidad. Cuando uno le escucha hablar se da cuenta de que ha puesto el trabajo y se preocupa constantemente de tener los conocimientos necesarios para estar en control de su barco. Primer artista en poner en pie al público del Comercial en los Estrella Damm Music Sessions. Primer músico en traer consigo cámaras y medios para realizar un streaming de calidad. Sabe que el músico de hoy en día no tiene más remedio que aplicar todos los principios del DIY (Do It Yourself), y que para que así sea, no vale con tener talento.
Texto: Rafa Noriega
Fotos: David Prida ( Django Desencadenado)