Laurence Jones es algo más que un guitarrista soberbio, capaz de atusar el mástil con delicadeza y a la vez exprimirlo como si quisiera sacar las últimas gotas de madera, astillarlo hasta partirlo en pedazos. Es un perfecto analista de situaciones, escenarios y públicos, es un gran showman, sabe posar ante la cámara, sabe empatizar con su público y es el jefe de una banda muy joven sin que casi se noten sus galones. Su directo es vistoso, electrizante, muy divertido y sobretodo sincero, y esa sinceridad se agradece y mucho. Cambia de Telecaster a Les Paul sin inmutarse y sabe cómo ajustar cada milímetro de su instrumento de trabajo.
Su banda de “hooligans” es un trio de músicos que saben perfectamente acompañar sin que casi se note pero dando el callo a base de bien, Gregg Smith al bajo, Bennet Holland teclas y Phil Wilson a la batería es su reformada y sólida banda.
Un set list donde el peso lo llevó en su mayoría su ultimo trabajo The Truth con piezas Como “What would you do?”, “Don´t You let me go”, “Keep me up At night”, “Take Me”, “Gone Away”, “Can´t go on without you”, “Give me your time”, y “Never Good Enough”.
Ritmos a modo montaña rusa, bajando y subiendo, de la calma a la tempestad eléctrica, bajadas al público posturitas varias y una pasión por ese instrumento de seis cuerdas que tanta magia transmite en las manos correctas.
“Thunder in the sky” y “Whats it gonna be” fueron piezas de un puzle lleno de blues, rock y hasta algunas pinceladas de psicodelia. “All along the Watchtower” del único e incomparable Hendrix y “Got no place to go”, “I Will” cerraron un repertorio que entro como cuchara en el flan en un sitio que día tras día sube el listón de sus conciertos, la sala Clamores de Madrid.
Texto: David Prida (Django Desencadenado)
Fotos: David Prida (Django Desencadenado)