MORGAN.SALA OCHO Y MEDIO

Hay que tener mucho valor para abrir el bolo de una banda como MORGAN. Maestros en romper almas, erizar pelos y estrujar corazones.

Gabi Planas es todo un campeón, y se plantó a solas con su guitarra en medio de la sala Ocho y Medio para presentar varios temas de lo que será su nuevo LP “Adiós Juan Capitán”. Ganas de tener su trabajo entre las manos, y rulando en los oídos sobre todo porque temas como “Monstruo Desdentado” suenan a gloria bendita, y más si cabe con esa pedazo de banda formada por Ekain Elorza, Javi Rubio y el maestro Gabri Casanova a las teclas.

Pura osadía para la recuperación de espíritus curtidos en radio fórmulas.

Paco López, Ekain Elorza, Carolina de Juan, Alejandro ovejero, David Schulthess son MORGAN, la banda de la noche, el grupo que lleva un tiempo arrasando allá por donde pisa.

Parece fácil pero no lo es, eso de coger tu vena y abrirla en canal como  hacía Albert Brooks, el villano de la peli Drive para quitar la vida de sus víctimas, con poesía, sensibilidad y una virulencia no apta para corazones sensibles.

Ni la propia Nina pudo resistir romper a llorar, aun sabiendo que ella es la que maneja la situación, la que pulsa las teclas del gran gigante de madera, la que canta, la que lleva el peso de las miradas, imposible no reconocerse en ese espejo roto creado a base de pegar piezas con un pegamento llamado sencillez y sensibilidad.

El repertorio en esta ocasión fue lo de menos, de todos es conocido que su pedazo de LP llamado North es perfecto de una punta a otra y en el concierto de cierre de gira no podían faltar “Home”, “Work” “Thank You”, “Attempting” etc y que sonara “Marry Me”, “Volver”, “Oh Oh”, “Blue Eyes” o “Praying” fue secundario, daba igual cuanta gente había (estaba sold out desde hacía meses), en el sonido de esta banda hay algo triste, de motel de carretera, de cafés en barras solitarias con jukebox que escupen temas sin parar, mientras alguien aprieta una copa como si fuera a romperla en añicos, estallar los cristales y elevar el liquido a las alturas para congelar el momento, derretirlo y volver a repetir el proceso.

Belleza de Nina, pureza en su rostro y su alma desnuda, intensidad de los chicos y un claro sentido paternal con su diosa, su reina del piano mágico, que es capaz de mandar al cielo a los demonios más rebeldes con solo abrir la boca y decir- ¡Gracias!-.

No somos dignos de ponernos frente a este quinteto, sin antes olvidar los problemas y las penas en la puerta, ejercicio en equilibrio de MORGAN que convierte en polvo versos, letras generadores de una poesía que bien puede pasar por underground, romántica o simplemente reveladora.

Purificación de espíritu para todos los asistentes, concierto redondo, emociones a flor de piel y reunión de amigos para cerrar una gira de órdago.

Por mi parte solo me queda quitarme el sombrero y esperar ansioso su nuevo trabajo y ese giro de tuerca que estoy seguro ocurrirá, para que nuestros orgasmos sean aún más chorreantes y espesos.

 

Texto: David Prida (Django Desencadenado).

Fotos: David Prida (Django Desencadenado).

 

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