Asistir a un concierto de Stacey Kent es como viajar en un tren de lujo con hilo musical poliglota, relajante, romántico y cosmopolita, que te invita a fresas, champagne y caviar, mientras disfrutas de unas vistas privilegiadas que te hacen relajar el alma y la mente.
En Madrid tuvimos la gran suerte de verla en su única fecha en España en un teatro Nuevo Apolo abarrotado. Junto a un cuarteto formado por su marido el saxofonista Jim Tomlinson, el batería Josh Morrison, Graham Harvey al piano y Jeremy Brown al contrabajo, vino a presentarnos su último álbum “I Know I Dream”, con la garantía de calidad que siempre nos da su pulcra y elegante firma. En su currículum, y para su juventud, figuran cuatro trabajos incluyendo este último; “Its a Wonderful World” del 2012, “The Changing Lights” (2013) y “Tenderly” (2015).
Su voz de terciopelo dibuja de punta a punta y colorea cuadros con un leve susurro que sale de su corazón, canción tras canción, enfundada en un traje de chaqueta negro se notó en todo momento su felicidad al cantarnos, sorprendente la facilidad con la que Stacey camina entre géneros sin perder el ritmo, lo mismo te canta un Standard, que te susurra una bossa nova o se lanza por una canción francesa llena de creme brulee y mermelada de cereza.
Letras co-escritas por el novelista Kazuo Ishiguro, Antonio Ladeira y el señor Cliff Goldmacher fueron alternadas con temas clásicos del mundo crooner, Antonio Carlos Jobim, y standards de ayer hoy y siempre. “ The very though of you”, “To say goodbye”, “Bullet Train”, “Waters of March”, “If Im Lucky”, “I Know I dream”, “Smile”, “Nice”, “Les Amour perdues” y “The Changing lights” entre otras, dieron alas a un teatro mítico, que durante dos horas se mantuvo en un silencio sepulcral, ejercicio casi espiritual donde nuestras almas se purificaron con la verdad, profesionalidad y solvencia que nos mostraron Stacey y su cuarteto.
Así da gusto.
Texto: David Prida (Django Desencadenado).
Fotos: David Prida (Django Desencadenado).